Una pregunta, solo una pregunta y todo se derrumbó como un castillo de naipes. Ese momento destruyó todo lo que hacía tiempo deseaba.
Solo esperaba una respuesta, una respuesta directa, clara y sencilla.
Sin más.
No había ni trampa ni cartón, no existían dobleces, no había doble intención.
Pero tú decidiste que esa pregunta llevara al traste todo y que la distancia se hiciera aún mayor.
Era tan complicado responder?
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