miércoles, 24 de noviembre de 2010

POR EL INTERES TE QUIERO ANDRES.


A veces metemos la pata sin querer, sin darnos cuenta de que lo que estamos haciendo esta perjudicando a las personas que nos rodean. Por eso, deberiamos hacer el ejercicio de escuchar, que no de oir, lo que nos dicen y analizar, para que nosotros mismos nos demos cuenta de ello.

No siempre es así, y mucho menos cuando nos encontramos atrapados ante personas maliciosas y sibilinas que utilizan nuestros momentos bajos y nuestras carencias, para atraparnos.
Pero lo peor de todo, y casi siempre ocurre así, es que no somos capaces de discernir la realidad y no queremos aceptar la verdad. Muchas veces preferimos la mentira y el engaño, a la soledad.


Se que lo mejor, es dejar a la persona que se de cuenta por si misma. El problema es que muchas veces, cuando eso ocurre, ya es demasiado tarde, y el perjuicio es irreparable.


Siempre he dicho, que nunca te deben conocer profundamente, pues ese conocimiento puede ser un arma de doble filo según en que ocasiones. Pero también entiendo, que cuando alguien se siente solo y falto de cariño, busca rellenar esos huecos, casi siempre con la persona equivocada.


Pero esa es la naturaleza humana, tropezar y tropezar.


Esto solo debería ser una cuestión personal, el problema es cuando afecta a un número determinado de personas y su futuro depende de las decisiones de la persona en cuestión.

No hay peor ciego, que el que no quiere ver.


Dejemos que el tiempo ponga las cosas en su sitio y que cuando esto ocurra, el perjuicio pueda ser reparado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Suele pasar, eso de ver a alguien que se está equivocando y no saber cómo advertirle. A veces intentas ayudar y sólo consigues que se enfrente contigo. Tropezar es humano, una y otra vez y como dices no hay peor ciego que el que no quiere ver. Abramos bien los ojos pues!;)
Saludos, bonito rincón.

Juan dijo...

Lo importante es que ya te has dado cuenta ahora pon tu las condiciones y las reglas. Un besazo.